José Luis Cordeiro, profesor de la Singularity University, está convencido de que para 2029 la inteligencia artificial alcanzará a la humana y de ahí a la singularidad tecnológica faltará poco.
En la Singularity University, que impulsan entre otros la NASA, Google, Cisco o Genentech, conviven tecnologías que producen, a partes iguales, esperanza y miedo a lo desconocido. Es el caso de máquinas capaces de «evolucionar».
La singularidad tecnológica es una hipótesis que pronostica que llegará un momento en el que la inteligencia artificial será capaz de auto-mejorarse recursivamente.
En teoría, las máquinas serán capaces de crear otras máquinas aún más inteligentes, hito que derivaría en una inteligencia muy superior a la humana y, lo que resulta más chocante, fuera de nuestro control.
La palabra singularidad fue tomada de la astrofísica: un punto en el espacio-tiempo – por ejemplo, dentro de un agujero negro – en la que no se aplican las reglas de la física ordinaria. Fue asociada a la explosión de la inteligencia artificial durante la década de 1980 por el novelista de ciencia ficción Vernor Vinge. En un simposio de la NASA en 1993 , Vinge pronosticó: «Dentro de los 30 años, tendremos los medios tecnológicos para crear inteligencia sobrehumana. Poco después, será el fin de la era humana».
Inmortalidad ‘Opcional’ para 2045
Por otro lado, Cordeiro habla también con normalidad y total convencimiento de que la mortalidad será «opcional» para 2045, como ya adelantaba la prestigiosa revista TIME ahora hace un año.
Él cree firmemente que en este siglo se alcanzará la inmortalidad real, gracias a cuerpos en los que el envejecimiento se haya detenido a los 25 años, por ejemplo. Pero antes de que eso llegue, centros de investigación como esta universidad trabajan posibilidades como pasar nuestra conciencia a potentes cerebros artificiales.
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