Un telescopio de la NASA descubre TRAPPIST-1, un sistema solar con siete planetas como la Tierra. Lo han anunciado en Rueda de Prensa hace escasas horas. Una estrella enana y fría a 40 años luz cobija un sistema planetario que podría albergar vida.
Los científicos han precisado que al menos siete planetas del tamaño de la Tierra orbitan alrededor de la estrella enana fría de dicho sistema, conocida como TRAPPIST-1. Los seis planetas interiores se encuentran en una zona templada donde las temperaturas de la superficie varían de cero a 100 grados Celsius.
De los planetas descubiertos se sabe lo siguiente:
- Este sistema se encuentra a tan solo 39 años luz de la Tierra.
- Los planetas tienen entre 0,4 y 1,4 veces la masa de la Tierra y su tamaño aproximado es similar al de nuestro planeta.
- La frecuencia con la que dan una vuelta alrededor de la estrella varía desde un día y medio hasta 20 días.
- Los científicos creen que cada planeta del sistema siempre muestran su misma cara a la estrella.
- La atmósfera de algunos planetas podría ser similar a la de la Tierra o de Venus.
- Aunque los expertos afirman que las temperaturas de superficie permiten la presencia de agua líquida, los planetas están demasiado lejos para probar que sí la alberguen.
- Las temperaturas de superficie varían de cero a 100 grados Celsius.
- Se cree que al menos tres de estos mundos podrían contar con océanos, lo que aumenta la probabilidad de que alberguen vida.
- Ninguno de los planetas tiene luna, si bien se encuentran tan cerca uno del otro que se verían como la Luna desde la Tierra.
- Los planetas se encuentran mucho más cerca de su estrella que en el Sistema Solar: si TRAPPIST-1 ocupara el lugar del Sol, todos sus planetas se encontrarían dentro de la órbita de Mercurio.
- Este sistema solar se formó, probablemente, hace 500 millones de años, mientras que nuestro Sol se formó hace 4.500 millones de años.
«Este sistema va a ser uno de los mejores laboratorios que tenemos para entender la evolución de los planetas pequeños», aseguró Zachory Berta-Thompson, un astrónomo de la Universidad de Colorado en Boulder.
Debido a que el sistema está tan cerca de la Tierra, los astrónomos pueden estudiar las atmósferas de los planetas con relativa facilidad. Eso podría revelar una asombrosa diversidad de mundos cubiertos de rocas o de hielo.
Los seis planetas interiores probablemente se formaron más lejos de su estrella y luego emigraron hacia el interior. Ahora están tan cerca el uno del otro que sus campos gravitatorios interactúan, empujándose unos a otros de maneras que permitieron al equipo estimar la masa de cada planeta.
La disposición de tantos planetas del tamaño de la Tierra tan juntos será una bonanza para los investigadores que están trabajando para comparar cómo evolucionan los mundos, según Michaël Gillon, astrónomo de la Universidad de Lieja en Bélgica.
El equipo liderado por Guillon buscó nuevos planetas con ayuda de dos telescopios de 60 centímetros ubicados en Chile y Marruecos, y en mayo del año pasado anunció el descubrimiento de tres planetas que orbitan alrededor de TRAPPIST-1. En un primer momento detectaron el oscurecimiento leve de un planeta y lo siguieron, investigación en cuyo desarrollo el telescopio espacial Spitzer de la NASA ‘observó’ el cuerpo espacial durante 20 días consecutivos.
Después vieron que lo que creían que era solo un planeta eran, en realidad, cuatro, después de lo cual pudieron observar el resto, incluido el séptimo y más lejano de todos. Tras investigarlos, Guillon concluyó que, probablemente, los seis planetas más cercanos a la estrella se formaron fuera de su órbita, pero fueron atraídos después hacia ella.
«Es una piedra de Rosetta con siete idiomas diferentes, o sea, siete planetas diferentes que nos podrían aportar perspectivas completamente diferentes sobre la formación planetaria», opina Julien De Wit, miembro del equipo científico.
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Pensar que solamente en este planeta hay vida es egoista