Estamos ante eventos que a priori pueden ser normales, ya que no se describen como «anomalías» las alineaciones planetarias como menciona Frank Hoogerbeets en sus predicciones para estos días.
Y aunque por el momento no se ha producido el terremoto de intensidad 8 que predijo, hemos sufrido una serie de seismos en el planeta que han levantado las alarmas entre la población sobre el último día de marzo y estos primeros de abril de 2019.
Pero además, el volcán Popocatépetl incrementó su actividad alarmantemente desde el mes de febrero. El 18 de marzo, el volcán tuvo una fuerte explosión a las 21:38 horas, la explosión fue escuchada en las comunidades más cercanas, cimbró puertas y ventanas hasta Puebla, generando incertidumbre y nerviosismo entre los habitantes de esta localidad. Se informó que ha sido catalogada como una de las más fuertes en los últimos años.
El 26 de marzo de marzo, a las 19:23 hubo una nueva explosión en el volcán Popocatépetl soltado así fragmentos incandescentes que produjeron algunos incendios en las zonas aledañas, manteniéndose en alerta amarilla fase 2. El día 28 de marzo, se produjo en el Popocatépetl, una erupción que alcanzó los 2.500 metros de altura.
El Cenapred indica que el nivel de Alerta Fase 3 implica un crecimiento rápido domos de de grandes dimensiones y su destrucción en explosiones fuertes. También se presentan fumarolas, gas, caída de ceniza y caída de lava en áreas cercanas; además, explosiones de intensidad creciente con lanzamiento de fragmentos incandescentes y posibles flujos piroclásticos de mediano alcance.
Por el momento no se contempla un plan de evacuación. No obstante, es importante contemplar el protocolo para resguardo de la población, de igual manera planes para liberar los albergues disponibles.
Si el riesgo llega a aumentar de Fase, la evacuación de personas sería de más de 60 mil habitantes. El sábado 30 de marzo, con apoyo de la Policía Federal, expertos del Centro Nacional de Prevención de Desastres y del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México realizaron un vuelo de reconocimiento de las condiciones del cráter del Popocatépetl.
Durante el sobrevuelo se verificó que, como resultado de las más recientes explosiones, las dimensiones del cráter interno aumentaron, alcanzando 350m de diámetro y 250-300m de profundidad. No pudo corroborarse la presencia de un nuevo domo de lava.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres y la Universidad Nacional Autónoma de México actualizaron el mapa de riesgo del volcán Popocatépetl en el que destaca que hay más de 24 millones de personas en riesgo en los estados de Puebla, Morelos y Tlaxcala.
De igual manera se deben tomar precauciones necesarias para las zonas cercanas al volcán Popocatépetl, ya que puede haber repercusiones en la salud de los habitantes. ¿Qué opinas al respecto? Déjanos tu comentario más abajo.
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