En la criptolozología se habla mucho de criaturas desconocidas que vivieron en el pasado y que parecieran salidas de alguna historia de fantasía o de horror.
Lo cierto es que mientras el tiempo avanza y la tecnología se desarrolla, se encuentran cada vez más criaturas extrañas. En esta ocasión, se trata de un ave que podría ser el más grande conocido…
En una cueva en Crimea, un equipo de paleontólogos ha encontrado los huesos de una de las aves más gigantescas que jamás hayan habitado sobre la faz de la Tierra, y que habría estado en el planeta al mismo tiempo que los primeros humanos europeos.
Como han explicado los expertos en un trabajo que se ha publicado durante esta semana, estas aves prehistóricas tienen una datación de 1,5 a 2 millones de años y pertenecen a la especie Pachystruthio dmanisensis.
A juzgar por el masivo hueso del muslo, los expertos estiman que debería medir alrededor de 3.5 metros de altura, y que pesaron alrededor de media tonelada.
En palabras sencillas, lo convierte en el ave más grande que jamás haya existido en la Tierra.
Al parecer, el equipo descubrió que el fémur de esta nueva ave era mucho más largo y delgado que el de las aves elefante. Con una forma más cercana al avestruz actual, aunque no en tamaño.
Esto sugiere que era un ave que, además de ser colosal en tamaño, era muy veloz. Su rapidez posiblemente también fue la clave de su supervivencia; los huesos que se encontraron junto a muchos depredadores del Pleistoceno, como guepardos gigantes, hienas y gatos dientes de sable.
Pero, aunque todo en el ave resulta increíble, lo más extraño era donde se encontró. En el pasado, los gigantescos huesos de aves solo se habían encontrado en el hemisferio sur: el moa en Nueva Zelanda, el ave elefante en Madagascar y los dromornítidos de Australia.
Encontrar fósiles en Crimea demuestra que las aves gigantes prehistóricas se extendieron más de lo que se conoce.
De hecho, la idea se respalda con el hallazgo de huesos de la misma especie en Dmansi, Goergia, aunque su importancia había pasado desapercibida en el pasado y no existía investigación alguna.
Esos huesos parecen ser más antiguos, lo que sugiere que las aves se abrieron paso en la región de Crimea mediante el Cáucaso meridional y Turquía, y habría compartido el área con los primos ancestros de los humanos europeos, quienes pudieron haberlos cazad para buscar su carne, huesos y plumas.
Cada vez más son las extrañas criaturas que se encuentran, que vivieron en el pasado y que, posiblemente, continúen viviendo en nuestros tiempos ¿Encontraremos más bestias como esta ave?
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