El padre de Julian Assange dice que su hijo podría no salir vivo de prisión tras revelar actos criminales perpretrados por EE.UU.
El periodista australiano Julian Assange, fundador de la plataforma WikiLeaks, que develó, entre otros, crímenes cometidos por Estados Unidos (EE.UU.), corre cada vez más riesgo de morir dentro de la cárcel, advirtió su padre, John Shipton.
«Julian puede morir en la cárcel tras de una persecución de 9 años por revelar la verdad de los crímenes de guerra (de EE.UU.)», manifestó Shipton ayer viernes a periodistas en Londres.
Dijo que esta es la “amarga verdad” después de conocer el testimonio de un relator de Naciones Unidas (ONU) que visitó hace días a Assange en la prisión de Belmarsh, al sureste de Londres, donde se encuentra desde abril pasado, y quien dijo que la vida del activista corre peligro.
El relator especial de la ONU sobre tortura, Nils Melzer, afirmó que Assange padece una «situación inhumana» en Belmarsh, donde espera que la justicia británica decida si procede o no una solicitud de extradición hecha por Estados Unidos, para que responda al presunto delito de conspiración, entre otros cargos.
El pasado 26 de octubre, el músico Roger Waters, fundador de la banda de rock progresivo Pink Floyd y conocido por su activismo, afirmó en entrevista con RT que «claramente están tratando de matar a Assange tanto como pueden».
«Julian Assange se está convirtiendo en una advertencia para otros periodistas de que si dicen la verdad -particularmente al poder- ‘los atraparemos'», externó Waters.
El lunes 21 de octubre, Assange compareció en una audiencia en la corte de Londres, y parecía confundido, pues le costó recordar su nombre y edad, según un relato de la agencia Reuters.
De acuerdo con ese testimonio, el juez le preguntó al final de la audiencia al activista si tenía conocimiento de lo que ocurría y respondió: «no exactamente».
En circunstancias normales, el australiano debía haber quedado en libertad bajo fianza después de 50 semanas en prisión y mientras se desarrolla su juicio, pero la justicia británica optó por seguir manteniéndolo encarcelado.
La juez Vanessa Baraitser, del Tribunal de Magistrados del distrito de Westminster de Londres, decidió que Assange siga preso debido a su “historial de evasión”, pues existen “indicios sustanciales” para temer que pueda volver a evadir la acción de la justicia.
El fundador de WikiLeaks se enfrentará el 25 de febrero próximo a una audiencia de extradición a Estados Unidos por 17 cargos de espionaje y uno de conspiración, que pueden suponer una condena de hasta 175 años de prisión.
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No debe llamar la atención que Assange no salga con vida de la prisión a la que fue sometido.
Basta solo con recordar lo sucedido en EUA en las décadas de los cincuenta y los sesenta con la persecución a los «comunistas» que terminó con la vida de varios inocentes. Salvando las distancias, la metodología persecutoria no ha cambiado.
Y si Assange aun sigue con vida es porque todavía no ha abierto su bocota con asuntos mucho más comprometidos.
Es seguro que no fue sometido al Pentotal bajo regresión hipnótica.