Entre los años de 1896 y 1897, algunas historias raras comenzaron a aparecer en los titulares. Había muchos relatos de lo que se describía como misteriosas naves metálicas en forma de cigarro aparecían en los cielos.
Un pueblo que fue visitado por una de estas naves fue el pequeño pueblo rural de Aurora. Este era un lugar en el que no había nada destacable. Pero según el Dallas Morning News, el 15 de abril de 1897, una de estas onaves aparentemente salió del cielo para flotar sobre la ciudad.
De repente, la nave se desvió y empezó a tener dificultades mecánicas, y supuestamente colisionó con un molino de viento en la propiedad rural de un juez. Y causó una explosión que destrozó el molino de viento, un tanque de agua, y la propia nave.
Cuando los restos fueron investigados por los lugareños, encontraron que había un metal extraño y ligero que ninguno de ellos había visto antes, como una mezcla de aluminio y plata.
Según el informe, también encontraron al piloto de la nave tirado en el suelo muerto, y, aunque no hubo una descripción realmente detallada, fue descrito como una pequeña figura humanoide que llamaron «el marciano».
De acuerdo con la historia, los lugareños tiraron los restos a un pozo, lo sellaron, y luego hicieron que el alienígena fuera enterrado en el cementerio, en una tumba común.
Los periódicos en ese momento corrían con esta historia, y en poco tiempo se hablaba de ésto por todas partes, y la gente iba para ver lo ocurrido.. y la tumba.
El caso rápidamente se hizo popular entre los cazadores de ovnis y se hicieron muchas investigaciones. Una de los primeras fue llevada a cabo por Bill Case, un escritor de aviación del Dallas Times Herald, quien entrevistó a testigos y revisó el cementerio.
Afirmó en 1973 que había encontrado la lápida de lo que él creía que era la tumba del alienígena. Otra investigación fue llevada a cabo por el programa de televisión UFO Hunters en 2008. El equipo se acercó al actual propietario de la propiedad del juez, el que había sellado el pozo.
Les dieron permiso para que el pozo se abriera, pero no se encontraron piezas o restos alienígenas, y el agua analizada fue bastante normal, excepto por los niveles elevados de aluminio.
Hasta el día de hoy, se desconoce la ubicación de la tumba, o incluso si alguna vez existió, aunque el cementerio en sí mismo todavía tiene una placa que enumera al alienígena como uno de los enterrados allí.
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