“Prohibido el paso”, eso es lo que se lee en el cartel de entrada a La Marañosa, la zona más secreta, desconocida y tenebrosa de España..
El terreno ocupa 44.000 hectáreas y en su interior trabajan –y viven, porque así es más fácil guardar el secreto– más de 800 personas. No se conoce nada sobre este lugar, que ha pasado desapercibido desde 1923, año en el que se edificó esta puerta al inferno.
Desde entonces, el principal objetivo ha sido que la sociedad no supiera de su existencia, lo que ha generado todo tipo de leyendas y mitos al estilo de los secretos que alberga en Estados Unidos el Área 51.
Al igual que aquel lugar, se sabe que existe pero no se sabe qué pasa allí dentro.
Sabemos que allí se fabricaron las terribles armas químicas que se echaron sobre la población civil en la guerra que enfrentó en aquella época a España y Marruecos. El instigador de la fábrica fue el rey Alfonso XIII.
España se adhirió en 1929 al protocolo de Ginebra de 1925 sobre prohibición del uso de armas químicas en guerra.
Sin embargo, este protocolo no prohibía la producción de dichas armas y ni siquiera su empleo en conflictos internos, guerras no declaradas o sublevaciones coloniales.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Marañosa fue reconstruida por técnicos nazis para suministrar armas químicas a su ejército.
Después, los nazis se convirtieron en profesores de los proyectos secretos que se llevan a cabo allí.
Y en algunas guerras recientes en diversas partes del mundo se han encontrado restos de armas que pudieron ser fabricadas en este lugar.
En 1993, el Ministerio de Asuntos Exteriores mandó un informe al Misterio de Defensa debido a que La Marañosa aparecía en los listados como un lugar en donde se estudian y fabrican armas químicas, lo cual impedía a España seguir formando parte de diversos tratados internacionales contra las Armas Químicas.
El trance se solventó cuando se dejó de decir oficialmente que allí se fabricaban armas químicas y se cambió la definición para decir que en el lugar “se investigan químicos agresivos”.
La Marañosa ahora depende del Ministerio de Defensa y de entre las funciones que realiza, están:
La investigación y desarrollo en el campo de artificios y municiones; investigación optrónica, láser e infrarrojos, desarrollo de señuelos y estudios de envejecimiento, desarrollo de cortinas de humo multiespectrales..
Protección y vigilancia radiológica, detección toxicológica de sustancias de alto riesgo, biodescontaminación, detección de agresivos biológicos; fabricación de botes de humo y otros artificios pirotécnicos.
La Marañosa dice ser también un laboratorio de referencia nacional en la crisis del ántrax.
Hoy, la Marañosa sigue en pie. Nadie se puede acercar allí, aunque se puede saber cómo es el lugar gracias a los satélites de Google, y pese a que Madrid está a tan sólo 14 kilómetros.
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