La base de investigación Vostok fue fundada por la Unión Soviética el 16 de diciembre de 1957. Es el lugar con las temperaturas más bajas registradas en la Tierra.
La estación se encuentra a 1.253 kilómetros del Polo Sur y a 1.260 kilómetros de la costa más cercana. La noche polar en la base, ubicada a 3.488 metros sobre el nivel del mar, dura 120 días del año.
Normalmente, durante el verano austral un total de cuarenta científicos e ingenieros trabajan en la estación. En invierno, su número se reduce a tan solo veinte.
La base está situada justo sobre el lago subglacial Vostok, aunque una capa de hielo de cuatro kilómetros de grosor la separa de sus aguas.
Los científicos rusos lograron perforar el hielo hasta dar con el lago en febrero de 2012, y ya en las primeras muestras de agua que extrajeron encontraron rastro de organismos vivos. En 2016, hallaron una bacteria hasta entonces desconocida para la ciencia.
El lago fue descubierto en 1994 y tiene un valor científico significativo debido a que es el único de este tipo en la Tierra, aunque tiene análogos en los océanos subterráneos de las lunas de Júpiter (Europa, Ganímedes, Calisto) y de Saturno (Encelado).
El geofísico Serguéi Bushmánov, miembro de la expedición antártica rusa entre 2009-2011, relata que en la estación Vostok «una persona no vive, sino que muere lentamente».
La cantidad de oxígeno que contiene el aire en esas latitudes equivale a la que se encuentra a alturas de 5.000 metros en latitudes medias.
Por lo tanto, el primer problema de los científicos que llegan al lugar es la reacción de su cuerpo a las condiciones extremas, que pueden causar edema pulmonar e incluso muerte por hipoxia.
Para adaptarse a las condiciones antárticas y comenzar a dormir normalmente, se necesitan varios meses.
Se piensa que el lago quedó cubierto y sellado por el hielo hace unos 15 millones de años, por lo que el agua que contiene es muy antigua, y desde entonces su ecosistema ha evolucionado aislada e independiente de la vida del resto del planeta.
El descubrimiento de la vida en Vostok podría tener interesantes implicaciones sobre las ideas de la existencia de vida extraterrestre.
El ambiente en sus aguas sería muy similar al del inmenso océano que hay bajo la gruesa cubierta helada de Europa (luna de Júpiter) o de Encélado, luna de Saturno.
Por si esto fuera poco, en el fondo del lago hay un lecho de 70 metros de espesor de sedimentos, que esconde un registro climático único de la vida en la Antártida antes de que se formara la capa de hielo.
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