Diferentes empresas de todo el mundo han tomado la iniciativa de instalar chips en sus trabajadores como «sistemas de seguridad». Y podría existir un motivo más oscuro detrás.
La empresa de videovigilancia Citywatcher, con sede en Cincinnati, creó gran polémica en el año 2006 al ser la primera en instalar chips para poder controlar el horario de llegada y el acceso a zonas restringidas de los empleados.
Sean Darks, el presidente de Citywatcher, declaró a los medios que la instalación del chip había sido «totalmente voluntario», algo que, como era de esperarse, quedó demostrado con el tiempo que era totalmente falso.
Wikileaks también filtró un documento donde se dio a conocer que una empresa de Arabia Saudita tenía entre sus planes por el año 2009 colocar chips a detenidos para poder «rastrearlos vía bluetooth».
En el año 2012, La escuela secundaria John Jay, de Texas, también obligó a todos sus alumnos a llevar permanentemente un chip colgado en su cuello, amenazando con la expulsión a quién se lo quitara.
Y la promesa se cumplió; una alumna que, por motivos religiosos, no accedió a colocárselo fue expulsada de la escuela.
El chip que iban a colocar en la escuela secundaria utilizaba la tecnología RFID, quién para la alumna y miles de personas que la apoyaron en internet, es la «marca de la bestia» descrita en la biblia.
Sacando los temas religiosos, este escenario ha comenzado a repetirse cada vez más en el mundo, y no solo con detenidos o alumnos.
De hecho, China ha sopesado instalar un sistema de chips para «puntuar» a su población gracias a la inteligencia artificial.
¿Qué escenario nos deja esto para nuestro futuro? Nada alentador, obviamente. Muchas personas se han preguntado como avanzará la instalación obligatoria de chips en la humanidad.
¿Se podría crear alguna ley internacional para obligarnos a usarlos alegando seguridad y protección? ¿Dónde quedaría la libertad individual?
Lo peor del asunto es la pasividad con la que la ciudadanía se ha tomado este asunto, haciéndolo pasar, en ocasiones, hasta como algo «normal» y asumiendo que una instalación masiva de chips no sería posible.
De igual manera que no sería posible la adquisición masiva de teléfonos móviles a comienzos de siglo o que la conexión a Internet prácticamente permanente no sería necesaria hace unos 15 años atrás.
Está claro que esta tecnología nos la han ido inculcando de manera silenciosa para que términos viéndola como algo normal.
Y es muy probable que, para dentro de unos 10 años sea obligatorio dejarse implantar un chip.. ¿Podría ser esta el comienzo del control masivo de la ciudadanía?
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