El 13 de mayo de 1917, tres niños portugueses se encontraban con su ganado en un lugar llamado Fátima..
Vieron relámpagos y la mayor de ellos, Lúcia dos Santos, sugirió a sus dos primos, Jacinta y Francisco Marto, que regresaran a sus casas ante una inminente tormenta.
Ante su sorpresa, sobre una encina vieron “una señora vestida de blanco, más brillante que el Sol”. Entre otras cosas, la “señora” les dijo que venía “del cielo” y que regresaran a ese mismo lugar el día 13 del mes siguiente.
Así lo hicieron y la “mujer” volvió a invitarlos a asistir a Cova de Iria el próximo día 13. En la aparición de Julio, la “señora” les habría hecho unas revelaciones, que más tarde serían conocidas como los “secretos de Fátima”, cuya tercera parte fue hecha pública el pasado 26 de junio.
Y fue en esta aparición donde la “señora” pidió a los niños que siguieran concurriendo allí cada día 13, y que en octubre les diría quien era, que quería de ellos y les prometió que haría un “milagro” para que la gente pudiera creerles.
Los niños asistieron puntualmente a su cita con la “señora”, excepto en el mes de agosto, debido a que los videntes fueron encarcelados y amenazados por el Administrador de Vila Nova de Ourem -Artur de Oliveira Santos- para que les revelara el “secreto”.
La cita de agosto se produjo el día 15, una vez que los niños fueron liberados, aunque no en la habitual encina sino en un lugar conocido como Valinhos.
Los niños acudían puntualmente a cada una de las citas de los días 13, mientras la fama de las apariciones iba aumentando cada mes.
Es así que ya se hablaba de que era la Virgen la que se aparecía a los tres videntes, y el número de personas que acompañaban a los niños a Cova de Iría aumentaba exponencialmente.
Pero los sucesos de Fátima se limitaban al relato de los tres niños, ya que ninguno de los espectadores -excepto ellos- podía ver o escuchar a la “Señora”.
Ni siquiera el joven Francisco podía oírla, quien solo la veía cuando se arrodillaba frente a ella. El 13 de octubre, día en que la “Virgen” había prometido un “milagro”, se habían reunido en la agreste explanada de Fátima unas 70.000 personas, esperando ver un fenómeno prodigioso. Y el cielo no los defraudó.
El milagro del Sol
Según cuenta Lúcia dos Santos en su Cuarta Memoria, la Señora se presentó aquel día a los niños como ya era habitual, y aseguró ser la “Señora del Rosario”.
Anunció que la Guerra iba a acabar (la Primera Guerra mundial) y que los soldados volverían a sus casas. Lucía pidió a la Señora que curara a los enfermos que allí se amontonaban, a lo que respondió que solo sanaría a aquellos que pidieran perdón por sus pecados.
Aquel día la virgen también les habría pedido a los niños que se construyera una capilla en su nombre. Tras alejarse hacia el naciente, ocurrió el milagro solar, donde según las descripciones, el cielo se abrió y el Astro rey comenzó a moverse convulsivamente, causando la admiración de los asistentes.
Este suceso fue observado por miles de personas allí presentes, entre los que se encontraban creyentes, escépticos, campesinos e intelectuales. Y la diversidad y cantidad de testigos le otorga un especial interés al “fenómeno solar”, pues el resto de las apariciones de Fátima se limitaban a los tres niños videntes.
¿Y si no fue el Sol?
Resulta poco probable que fuese el Sol el que bailara aquel 13 de octubre. Cualquier movimiento del astro -por muy pequeño que sea- provocaría unas consecuencias catastróficas no solo en nuestro planeta, sino en todo el Sistema Solar.
Por aquellas fechas el Director del Observatorio astronómico de Lisboa declaró a los periodistas del rotativo O Sëculo que “Si fuese un fenómeno cósmico, los observatorios astronómicos lo detectarían con exactitud. Pero es precisamente eso lo que falta, el registro inevitable de alguna perturbación en el sistema… por pequeña que ésta fuese.”
¿Qué fue lo que ocurrió en Fátima en 1917? ¿Fue la Aurora Boreal como sugirieron -sin demasiado acierto- los escépticos? ¿Una alucinación colectiva? Parece poco probable. ¿Y si fue un OVNI?
El dedo en la llaga lo pusieron la Dra Fina D’Armada y el historiador portugués Joaquim Fernandes, cuando publicaron su libro “Intervención extraterrestre en Fátima”.
Sin prejuicios, D’Armada y Fernandes analizan los fenómenos observados en Fátima en 1917 desde una perspectiva moderna, llegando a la conclusión de que los fenómenos ocurridos en la Sierra de Ourem en aquellas fechas, tienen todos los ingredientes propios de un avistamiento OVNI.
Antes de comenzar las apariciones, fueron vistos por numerosos testigos pequeños objetos luminosos, conocidos en ufología como Foo-Fighters, incluso uno de ellos golpeo en la cara a una hermana de Carolina Carreira.
También fue observado un globo plateado, un objeto en forma de escalera y “nubes” que iban en dirección contraria al viento. En cuanto al “fenómeno solar”, algunos testigos aseguran que fue el propio Sol el que se movió, mientras que otros sugieren que un disco “metálico” o de “vidrio” se antepuso al astro.
Finalmente, el “Sol” se volvió transparente y dentro del disco se observaron tres seres, que -influenciados por el contexto- fueron interpretados como la “Sagrada Familia”.
Los autores, establecen de este modo un paralelismo entre estos sucesos y otros registrados en otras apariciones marianas y en presencia de Objetos Volantes No Identificados.
¿Fue un encuentro cercano con OVNIs lo que motivo el culto mariano en Fátima? ¿Manipuló la Iglesia los acontecimientos de 1917?
¿Desclasificará la Iglesia los documentos secretos relativos a las primeras investigaciones? Posiblemente estamos lejos de conocer la verdad sobre los sucesos que ocurrieron en la explanada de Cova de Iría en 1917.
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