Peter Valentinovich Turchin emplea indicadores sociales y modelos matemáticos para estudiar la historia. Hace 10 años avisó de lo que ocurriría esta década.
Allá por el año 2010, el magazine «Nature» publicó un artículo llamado «2020 visions», para predecir los avances más importantes en la siguiente década.
Expertos de primer nivel pusieron el foco en los campos más prometedores, pero uno de ellos rebajó drásticamente esas expectativas y señaló que la década de 2020 será de máxima inestabilidad social y violencia política.
«La próxima década será un periodo de inestabilidad creciente en EE.UU. y Europa, lo que podría socavar los progresos científicos que ustedes describen en 2020 visions»
Esto fue escrito por Peter Valentinovich Turchin, un profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Connecticut, EE.UU, en una carta publicada en «Nature».
A lo largo de la pasada década, la tan ansiada recuperación económica tras la crisis de 2008 no llegó a cristalizar en un restablecimiento del nivel adquisitivo de los ciudadanos.
En 2016 Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos y Reino Unido votó a favor del Brexit.
Los movimientos populistas y la extrema derecha se dispararon, las protestas se incrementaron por todo el planeta y creció la desigualdad entre ricos y pobres.
En España, por ejemplo, el gobierno autonómico catalán proclamó la república catalana. Y la situación es ahora mucho más imprevisible que nunca:
Desde finales del año pasado, la pandemia global del virus innombrable amenaza con matar a decenas de miles de personas y con derrumbar la economía global.
Estas predicciones fueron fruto de la cliodinámica, una disciplina transversal, según Turchin, que trata la historia como cualquier otra ciencia y a a la psicohistoria, una ciencia ficticia ideada por Isaac Asimov basada en la estadística y la psicología, capaz de predecir el comportamiento de las grandes civilizaciones.
La investigación de Turchin se centra en la intersección entre la evolución sociocultural, la macrosociología histórica, la historia económica y la propia cliometría.
Y consiste en la creación de modelos matemáticos de procesos sociales a largo plazo y la construcción y análisis de bases de datos históricas.
Estos indicadores no servirían de nada si no fuera porque el comportamiento de las sociedades humanas complejas sigue patrones predecibles y repetibles:
«Los análisis históricos cuantitativos revelan que las sociedades humanas complejas se ven afectadas por olas recurrentes y predecibles de inestabilidad política».
Esto ya estaría teniendo consecuencias: «Mi modelo indica que la inestabilidad social y la violencia política llegará al máximo en los años veinte», dijo Turchin.
Este investigador asegura que la principal causa de estos ciclos es la distancia, y cada vez mayor, entre ricos y pobres, al mismo tiempo que las élites ricas tienen cada vez un mayor papel en a política.
«Como resultado, la competencia dentro de la élite está aumentando, lo que está llevando a la fragmentación».
Además de todo eso, Turchin destaca el empeoramiento de la salud financiera de los estados, especialmente a causa del incremento de su deuda, y la pérdida de calidad de vida entre los ciudadanos.
La «sobreproducción» de graduados universitarios, con altos niveles de estudios y trabajos no acordes, también es un factor a tener en cuenta en el presente, como lo fue también en la inestabilidad acontecida entre los años sesenta y setenta en Estados Unidos, hace medio siglo.
De hecho, para el investigador, EE.UU. ha atravesado ciclos seculares de inestabilidad de 50 años de duración, que llevaron a picos de agitación alrededor de los años 1870, 1920 y 1970, y que llevarían a otro en 2020.
Además, según señala, ahora también se está entrando en una época desfavorable de la onda de Kondratiev, un ciclo económico hipotético de 40 a 60 años..
En el cual hay periodos de crecimiento alto y otros de crecimiento lento, en los que las crisis y las depresiones son más fuertes y prolongadas.
«Esto podría significar que las futuras recesiones serán graves». El desastre social y la violencia no son inevitables, también argumenta este investigador:
«Necesitamos encontrar formas para paliar los efectos negativos de la globalización en el bienestar de la gente. La desigualdad económica, acompañada de la creciente deuda pública, puede ser afrontada con impuestos más progresivos».
Aparte de eso, Peter Turchin señalaba la importancia de no expandir los estudios superiores por encima de la capacidad de la economía para absorberlos, puesto que «el exceso de jóvenes con estudios superiores ha sido una de las causas más importantes de inestabilidad en el pasado».
Todo indica que la crisis desencadenada por la pandemia del virus innombrable contribuirá al escenario de inestabilidad pintado por Peter Turchin.
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