La sociedad más destructiva y terrible imaginable ya fue ideada por George Orwell. 1984 es el infierno, la aniquilación del ser humano como ser libre y la visión más desesperanzadora del mundo que he leído.
En estos días que vivimos, asolados y encerrados en casa por la pandemia que nos azota, es cuando se ve que ciertas mentiras y engaños se parecen mucho a las que se usan en la actualidad.
En 1984, tres eran los grandes slogans del Partido Interior que dominaba los destinos de sus habitantes, los escribimos y los comentamos por encima:
«Guerra es Paz», «Libertad es Esclavitud», «Ignorancia es Fuerza»
La Guerra es la paz. El estado de guerra continuo y constante trae la estabilidad al mundo, manteniendo a los poderosos en su cima y a los ciudadanos en la miseria y en la imbecilidad.
La Libertad es Esclavitud. El ser humano queda completamente privado de individualidad. Todo aquél que se comporta como un ser independiente y no como miembro de la masa es capturado por la «Policía del Pensamiento», es considerado un «Crimental» y es llevado al «Ministerio del Amor» donde su personalidad es destruida.
«En 1984, los esclavos creen ser libres».
La Ignorancia es Fuerza. El Partido se encarga de mantener en la ignorancia a los ciudadanos y obliga a que toda la información sobre el pasado se rescriba según sus propios intereses. Lo que estaba escrito ayer, si hoy se demuestra como peligroso, se rescribe para que no queden pruebas.
La sociedad vive en el más absoluto desconocimiento del pasado, que es modificado día tras día para que la historia sea como el Partido quiere. Como el pueblo es ignorante, el estado es fuerte.
Si todo esto lo comparamos con el estado actual del planeta, podemos encontrar grandes similitudes.
Más de 60 años después de su muerte y de la publicación que precede a su novela más conocida, 1984, consideramos a George Orwell como una especie de profeta de los males del corporativismo, el socialismo, el autoritarismo, el totalitarismo, cualquier poderoso isismo, esencialmente, en que podemos encontrar implicaciones desagradables que destruyen la libertad.
El documental de la BBC ‘Orwell: A Life in Pictures’, que se presentó hace ya unos años, destacaba la «advertencia» de Orwell a lo que él vio como un mundo rápido de corporación / socialización / autorialización / totalitarización.
En la escena dramatizada final de la película, el mismo Orwell recreado hace la siguiente predicción siniestra:
«Al permitir que el libro, después de todo, sea una parodia, algo así como 1984 podría suceder realmente. Esta es la dirección en la que va el mundo en la actualidad. En nuestro mundo, no habrá emociones, excepto el miedo, la ira, el triunfo y la humillación».
«El instinto sexual será erradicado. Aboliremos el orgasmo. No habrá lealtad, excepto lealtad al Partido. Pero siempre habrá la intoxicación del poder. Siempre, en todo momento, habrá la emoción de la victoria, la sensación de pisotear a un enemigo indefenso».
«Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota estampada en un rostro humano, para siempre. La moraleja que se extrae de esta peligrosa situación de pesadilla es simple: no dejes que suceda. Depende de ti».
George Orwell supone que si las sociedades que él describe en 1984 se crearan, habría varios superestados. La lección, es constante: no dejes que suceda. Como no dejar que suceda, por supuesto, es una cuestión dificil..
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Acertada la información, la realidad actual lástima que los humanos entendemos la situación hasta que la vivimos en carne propia y aún así preferimos la ignorancia para acomodarnos.