El proyecto Looking Glass fue durante muchos años un supuesto «experimento secreto», pero varios conspiracionistas declaran con evidencias que este proyecto fue real y se sigue haciendo.
“La verdad suele presentarse frente a nuestros ojos a través de las películas”, eso es lo que piensa al menos, el investigador de teorías conspirativas, David Wilcock.
Para él Hollywood ha dado ciertas señales que nos hacen pensar que los cineastas saben muchas cosas que desconocemos. Cosas, como por ejemplo, que «EE.UU. cuenta con tecnología extraterrestre para ver el futuro». Sí, como lees.
«No es que metan a alguien en una máquina del tiempo y lo envíen. Es más bien la visión que puede obtener una persona en el interior de un aparato llamado ‘Looking Glass’ (Catalejo)».
«Tal dispositivo, – señala Wilcock – es similar al que aparece en la película “Contact” (de 1998, con Jodie Foster).
Looking Glass sería un dispositivo que estaría oculto en bases subterráneas y que poseería dimensiones colosales. Estaría conformado por una especie de barril (donde permanecería una persona) rodeado por anillos que se mueven en diferentes direccciones.
De acuerdo al mencionado conspiracionista (quien también aparece en muchos episodios de la serie de History Channel “Alienígenas Ancestrales”), tal maquinaria sería una prolongación de nuestra glándula pineal o también conocida esotéricamente como “Tercer Ojo”.
La glándula pineal obedece a su nombre, porque se parece a una piña. Ella es la responsable de hacernos dormir y provocarnos los sueños.
Según lo expuesto por David Wilcock en una conferencia videograbada (más abajo), ésta se puede activar mientras estamos despiertos de dos maneras: mediante el uso de algunas sustancias o en un proceso consciente.
La primera claramente no es recomendable, dado que es posible que surjan visiones todo el tiempo haciendo que la persona no pueda distinguir bien la realidad de la fantasía.
Sin embargo, la segunda es la que se consigue mediante la meditación. Con ello se logra no sólo ver cosas que el resto no puede ver en forma controlada, sino que además se podría, en teoría, ver eventos que aún no suceden y hasta comunicarse con otras entidades.
Es por este motivo, que ciertos maestros espirituales pueden ver cosas que pasarían en el futuro. De esto, sostiene Wilcock lo han sabido desde siempre las grandes civilizaciones.
Claro ejemplo de eso serían las diversas representaciones de la piña en lugares tan alejados y disímiles como China, Mesopotamia y hasta el Vaticano (hay una en plena Plaza de San Pedro).
El proyecto Looking Glass se habría materializado a través de ingeniería inversa con tecnología extraterrestre. El investigador asevera que imita el funcionamiento de la glándula pineal de la siguiente forma:
Cuando se activa, los anillos giran entre sí en distintas direcciones formando un escudo y protegiendo el agua del interior del barril, que es como la glándula pineal.
El agua de dentro invierte la dimensión espacio-tiempo, pasando a la tiempo-espacio que luego captura el gas argón.
Captura imágenes y produce una gran esfera de luz la cual está contenida por los anillos que hay a su alrededor y que se utilizan para contener el campo energético.
En tanto, dentro del barril hay una persona sentada en una silla la cual incrementa sus capacidades cerebrales.
Cuando el aparato se enciende, la persona conectada al barril por medio de la silla, empieza a tener visiones de años futuros, las cuales da cuenta una vez terminado el experimento.
David Wilcock dice que quienes operaron el Looking Glass, sabían que no existe una única línea espacio-temporal, sino que varias.
Es lo que los físicos cuánticos conocen como “Universos Paralelos”, los cuales son parecidos entre sí, pero con leves diferencias. Es por ello que no todas las visiones son homogéneas.
En ciertas líneas (realidades) ocurren ciertos acontecimientos que en otras no. En las que sí tuvieron éxito, según Wilcock, al tener visiones parecidas, fueron las políticas.
Sin embargo, pese al éxito de las visiones, se produjo una anomalía cuando los voluntarios que tenían las visiones al interior del Looking Glass, quisieron ver más allá de una fecha ya conocida por todos nosotros: el 21 de diciembre de 2012.
De acuerdo al relato del investigador David Wilcock, cada vez que se intentaba mirar pasado ese día, se obtenía una imagen borrosa, como si fuera una superposición de varias imágenes.
El conspiracionista piensa que el mencionado día se produjo una confluencia de mundos paralelos… En cuanto a la fecha, había dos líneas opuestas: Una donde se generaba un apocalipsis y otra donde no pasaba nada.
¿Qué ocurrió entonces con los experimentos? ¿Estamos viviendo otra línea temporal desde el 21 de diciembre de 2012? Mira el siguiente video y déjanos tu comentario más abajo.
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