Como dijo Thomas Jefferson, el precio de la libertad es la vigilancia eterna. El futuro distópico es ahora..
Durante años se ha estado advirtiendo a quien quisiera escuchar sobre los planes para un gobierno mundial basado en un intenso adoctrinamiento de los medios de comunicación de masas y la vigilancia estatal policial de alta tecnología.
Estamos viviendo todo esto ahora, como un experimento social sin escrúpulos, en un grado que muchos de nosotros, ni siquiera pensamos hace unas semanas.
¿Esto es un experimento social?
Si bien se dice que estas medidas son temporales, para eliminar la propagación del bicho, permanece un hecho importante, se han convertido en realidad.
Y esto significa que una vez damos por aceptada esta situación, pueden convertirse fácilmente en una realidad de nuevo, en cualquier momento, y en el futuro.
Ni la mejor película de ciencia ficción
El primer síntoma del bicho, fue la toma completa de los medios de comunicación a nivel mundial. Casi todas las fuentes de medios, sin importar su público objetivo o interés de nicho, cambiaron a una cobertura continua del bicho.
Todos los demás temas de noticias, se volvieron irrelevantes y fueron evacuados del discurso público.
Casi todas las formas de entretenimiento, especialmente los deportes profesionales, se suspendieron, lo que obligó a las personas a centrarse únicamente en esta crisis. Experimentación social, primer curso.
Viviendo un presente distópico
También, al estar a todas horas emitiendo solo esta información, la cultura popular se transformó en un desierto, en un páramo vacío. La mayoría de los artistas se han visto reducidos a celebridades de las redes sociales que repiten las órdenes que se escuchan en todo el mundo.
La amenaza de un agente mortal, es el contexto perfecto para introducir tácticas agresivas de un estado policial. La gente está asustada y quiere ver medidas decisivas tomadas por sus gobiernos. El resultado, una experimentación exitosa.
El miedo como agente social
Sin embargo, una vez que todo esté dicho y hecho. ¿Recuperará la sociedad el 100% de sus libertades? ¿O gradualmente volverá al 50%, celebrando cada porcentaje como una victoria?
La primera víctima de esta crisis fue el viaje aéreo. En pocas palabras, simplemente se detuvo. Todos los vuelos fueron cancelados, y a las personas en el extranjero se les dijo que regresaran a casa, lo antes posible.
Una vez allí, se les dijo a todos que permanecieran en sus hogares. Luego, en cuestión de días, los gobiernos pasaron de prohibir grandes reuniones, a prohibir las reuniones de dos o más personas.
Experimentos en la granja humana
Estas restricciones sin precedentes sobre el contacto humano generaron un clima de miedo y paranoia, cuando la gente comenzó a alertar a las autoridades sobre la reunión ilegal.
Si bien estos soplones argumentan que, cuanto más rápido se erradica la epidemia, más rápido todos volvemos a la normalidad, se están estableciendo precedentes.
Hemos de asegurarnos de volver a la normalidad, donde el nuevo orden mundial es el sueño más placentero de la élite, no una realidad palpable y tangible, como el experimento social que vivimos actualmente.
Recuperar el terreno perdido
Además, el cierre de todas las empresas no esenciales, llevó a millones de trabajadores, a perder instantáneamente sus empleos en todo el planeta.
Si bien, la mayoría de las grandes corporaciones, resistirán la tormenta y contratarán empleados, una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas no sobrevivirán al cierre.
Al final, todas las crisis económicas siempre terminan favoreciendo a la élite. El resultado neto del colapso financiero de 2008, condujo a la canalización de decenas de billones de dólares de los bolsillos de la clase media, hacia la élite mundial. Esta crisis del bicho probablemente terminará con resultados similares.
¿Será el único experimento social que nos espera?
Si bien la evaluación anterior puede parecer sombría, es un análisis objetivo de un planeta encerrado. En cuestión de semanas, todo el planeta pasó de la normalidad al miedo, al pánico, la paranoia, el encierro, el desempleo, la vigilancia policial y el distanciamiento social extremo.
Miles de millones de ciudadanos, que prosperaron con la libertad y la libre empresa, ahora están en arresto domiciliario y deben depender del gobierno, para su subsistencia.
Aunque, la necesidad absoluta de estas medidas está en debate, no existe un posible debate sobre su necesidad una vez que el bicho haya desaparecido. Y debemos asegurarnos, de que este experimento social no se vuelva permanente.
Resistir e informarse
En estos tiempos críticos, hemos de hacer un seguimiento de las muchas formas en que se altera la sociedad, y debemos asegurarnos de que, una vez que el virus desaparezca, la libertad se restablezca por completo.
Recordar que el mundo nunca fue el mismo tras el 11 de septiembre, no caigamos en el mismo error. Que no te convenzan..
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JJ. Rodríguez
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