Un nuevo estudio científico concluyó que la misteriosa explosión de Tunguska, en Rusia, fue por un «extraño objeto metálico», desafiando todo lo dicho por la ciencia.
En 1908, una explosión destruyó 2150 kilómetros cuadrados de bosque en Siberia. El «evento de Tunguska», como se le conoce popularmente, fue un suceso sin precedentes que levantó mucha polémica en el mundo.
Durante años se ha debatido el origen de la explosión que liberó hasta 30 megatones de potencia, el doble de las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
La explosión se registró sobre unos 15 kilómetros de la superficie y se encontraron unos extraños restos esparcidos por la zona que, en un principio, se pensaron que eran de meteorito. Sin embargo, ninguna de las pruebas y rastros eran concluyentes.
¿Entonces por qué se dictaminó que el culpable de la explosión de Tunguska había sido un meteorito?
El responsable fue un gran objeto metálico
Gracias a un estudio científico publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se ha logrado determinar que el objeto era metálico y, a diferencia de lo que muchos creen, no explotó, sino que sobrevoló la superficie.
Este gran objeto entró en la superficie terrestre y bajó hasta unos 10 o 15 kilómetros de altura y, después, se elevó nuevamente. La potencia del objeto fue tal, que las ondas de choque generaron la devastación de la zona.
De acuerdo a los resultados del estudio, el objeto debía estar entre los 200 metros de diámetro y entró en la atmósfera terrestre y continuó con una órbita solar.
Se concluyó que el objeto era metálico ya que se hizo un modelado matemático con otros materiales; el primero en descartarse fue el hielo.
En los años 70 se «concluyó» que el «asteroide» estaba compuesto solo de hielo, sin embargo, el calor generado por las ondas de choque en la zona habrían desintegrado el objeto antes de alcanzar los 15 kilómetros de distancia de la superficie.
También se descartó la roca, ya que este hubiera explotado en el aire, dejando fragmentos de meteorito por toda la zona.
Explicaciones que dejan dudas
El evento de Tunguska, a pesar de que tenía una «conclusión» científica, aún dejaba muchos cabos sueltos.
Esta nueva investigación «explica», por ejemplo, la ausencia de cráter de impacto en la zona. Esto se debe a que el objeto ni explotó, ni impactó en la superficie, sino que siguió su curso.
Esto también revela el por qué no existen escombros de hierro y explica que las ondas de choque se generaron por la velocidad con la que el objeto atravesó la zona.
Este razonamiento ha generado aún más preguntas de las que resolvió: ¿Cómo es posible que el objeto haya cambiado de dirección en el aire y no se precipitó?
Otro de los problemas cuando se estudia este evento es que no toman en cuenta los testimonios de los testigos.
La conclusión de que se trata de un objeto metálico coincide con las declaraciones de las personas que presenciaron el evento, quienes aseguran que se trataba de una especie de «nave voladora brillante».
No cabe duda que el misterio de Tunguska, a pesar de esta nueva investigación, continúa siendo uno de los misterios más grandes de la humanidad. Razón del por qué se le ha bautizado como el «Roswell ruso».
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Erick Sumoza
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