¿Alguna vez imaginaste que existiera un material como el del T-1000 de la película Terminator 2? Pues, todo parece indicar que estamos a las puertas de crear un dispositivo similar.
Investigadores del Ejército de los Estados Unidos ha unido fuerzas con la Universidad de Texas A&M para crear un nuevo material polimérico que es capaz de cambiar de forma y regenerarse de manera autómata.
Todo esto como parte de una investigación que tiene como objetivo mejorar los futuros vehículos aéreos robóticos no tripulados.
Material capaz de regenerarse y cambiar de forma
Durante las primeras investigaciones, el material, basado en epoxi imprimible en 3D, el primero en su tipo, es capaz de responder a estímulos.
Los expertos se enfocan en que, en algún momento, el material tenga la inteligencia incorporada suficiente para que pueda adaptarse a su entorno sin necesidad de que exista un controlador externo.
Todo esto de acuerdo al comunicado de prensa del Laboratorio de Investigación del Ejército del Comando de Desarrollo de Capacidades de Combate del Ejército de los Estados Unidos, CCDC según sus siglas en inglés.
Frank Gardea, ingeniero aeroespacial e investigador principal del CCDC, imagina un dispositivo futuro, capaz de adecuarse a misiones tanto aéreas como terrestres, con características de reconfiguración parecidas al personaje T-1000 de la película Terminator 2.
Superando la ficción
En la famosa película de 1991, el exterminador fue fabricado con una especie de metal líquido capaz de transformar sus brazos en armas y curarse a sí mismo después de recibir un disparo de cualquier calibre.
Hasta la fecha, el material creado responde a la temperatura que los investigadores seleccionaron en pruebas de laboratorio.
Ahora, aplicar eso al mundo real no es tan fácil ni práctico, por lo que han introducido en su configuración respuestas a la luz, ya que es más sencillo controlar y aplicarla de manera remota, según Gardea.
Los polímeros están formados por unidades repetidas, como eslabones de una cadena. Para los polímeros más blandos, estas cadenas están conectadas levemente entre sí a través de enlaces cruzados.
De acuerdo al comunicado, cuantos más enlaces cruzados existan entre cadenas, más rígido se vuelve el material.
Gardea explica que la mayoría de los materiales impresos en impresoras 3D suelen tener una forma fija, por lo que no se puede reprocesar o fundir.
Ahora, este nuevo material tiene un «enlace dinámico», lo que le permitirá pasar de líquido a sólido en varias ocasiones, lo que permite ser impreso y reciclado en 3D.
Estos enlaces dinámicos dan como resultado un comportamiento de memoria de forma único, por lo que el material puede ser programado y activado a una forma recordada.
La investigación se encuentra aún en desarrollo, por lo que el próximo paso es mejorar el comportamiento de actuación y curación ¿Podríamos estar a las puertas de un futuro de máquinas, no solo inteligentes, sino indestructibles?
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REDACCIÓN: Erick Sumoza
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