La serie de libros «Las Crónicas de la Tierra», en el volumen «El 12º Planeta», toca temas relacionados con la veracidad en las mitologías, la existencia de civilizaciones avanzadas antiguas y el conocimiento que los Anunnaki trajeron a la Tierra…
Las Crónicas de la Tierra nos relatan la historia de nuestro mundo, enfocándose específicamente en las leyendas mitológicas. Tomándolas literales y no como una simple fábula.
Por ejemplo, la mitología mesopotámica nos relata cómo, al principio de los tiempos, existían unos dioses poderosos conocidos como los Anunnaki. Estos dioses con forma humanoide eran la representación de las fuerzas cósmicas y terrestres del planeta.
Pero ¿De dónde provienen los Anunnaki y por qué decidieron descender hasta la Tierra y otorgarnos tales conocimientos?
Las Crónicas de la Tierra y los dioses del cielo
Los Anunnaki estaban relacionado con los Anunna, los descendientes de An o Anu, el dios del cielo y uno de los 3 dioses principales, y de los Igigi, dioses menores que se rebelaron.
Estos dioses, en un comienzo, se encontraban en el panteón de la ciudad de Nippur, pero también se mencionan en las ciudades de Lagash y Eridu.
En 1964, Adolph Leo Oppenheim, publicó el libro «Mesopotamia Antigua: retrato de una civilización muerta». Tuvo tal éxito que la mayoría de sus conceptos e ideas fueron adoptados por otros investigadores, como Zecharia Sitchin.
Así, Sitchin publicó la serie «Crónicas de la Tierra», en las que tradujo varias tablillas sumerias y textos bíblicos escritos en hebreo.
El libro que más resaltó fue «El 12º Planeta», donde se cuenta la llegada Anunnaki a la Tierra hace 450.000 años. Provenientes de un misterioso planeta llamado Nibiru.
El texto los describe como seres de 3 metros de altura, piel blanca, cabellos largos y barba que se asentaron en Mesopotamia. A través de la ingeniería genética, aceleraron la evolución del Neandertal al Homo Sapiens al portar su material genético.
Esto se debió a que, ante la rebelión de los Igigi, necesitaban de una nueva mano de obra esclava.
Un planeta desconocido y el nacimiento de la civilización
A lo largo de toda su obra, Sitchin plantea que la tecnología Anunnaki era mucho más desarrollada que la actual humana. Estos podían realizar viajes espaciales, dejando los rastros de su paso en la Tierra al crear «lugares de poder». Monumentos antiguos capaces de generar energía.
Las teorías del escritor e investigador se basan en fuentes sumerias, babilónicas y mitológicas, las cuales él mismo se encargó de interpretar.
También usó como fuente la arqueología y la Biblia, las cuales comparó con los libros del Antiguo Testamento, el Libro de los Jubileos y otros textos descartados por la corriente tradicional de la historia.
Sin embargo, también cuenta con el apoyo de otros historiadores que reconocen su labor. Ese es el caso de la historiadora e investigadora, Rosemary Decker.
Decker destaca, principalmente, el conocimiento lingüístico de Sitchin, lo que le permite consultar, no solo a otros autores modernos, sino fuentes en sumerio, egipcio y hebreo antiguo.
Asegura que los 30 años de investigación dieron como resultado un trabajo minucioso, con una perspectiva poco habitual.
Con una gran cantidad de material fotográfico y dibujos de las tablillas y objetos más antiguos de los cuales se pueda disponer, proporciona evidencia visual muy importante.
Sin embargo, es consciente que Sitchin no busca resolver todos los misterios que la ciencia no ha podido solventar. Sin embargo, nos permite comprender nuestro pasado desde otra perspectiva.
El 12º Planeta nos revela la existencia de un planeta desconocido dentro del Sistema Solar, el planeta natal de los Anunnaki, Nibiru. Un tema que ha sido tocado científicamente como «el Planeta X» por astrónomos de todo el mundo. Además de datos únicos sobre el nacimiento de la humanidad y su desarrollo.
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