Cuando un suceso OVNI ocurre, normalmente ocurre por oleadas; una gran cantidad de avistamientos suceden en un período corto de tiempo. Eso es lo que sucedió con la ola de OVNIs de Canadá y la evidencia física que dejó en forma de placa de cobre que no ha podido ser descifrada.
En 1967, en la ciudad de Edmonton, una serie de sucesos extraños alertaron a la población. A las primeras horas del 8 de mayo, una ola de OVNIs sería vista en el cielo. Lo más extraño es que este suceso dejaría como evidencia una misteriosa placa de cobre alienígena.
Una ola de OVNIs en Canadá
A las 2 de la madrugada de 1967, un niño de 14 años llamado Ricky Banyard vio una nave espacial mientras caminaba por el cementerio Mount Pleasant. Este lo describió de forma esférica, con luces rojas y verdes y la parte superior e inferior giraban.
Un rayo de luz blanca emanaba de la parte inferior, como una especie de reflector de exploración. El pequeño fue en busca de su amigo Glenn Coates y ambos observaron con unos binoculares sobre la copa de uno de los árboles del cementerio.
Estaba entre 60 a 90 metros de altura y emitía un silbido amortiguado mientras flotaba. De repente, dejó caer una especie de luz de forma rectangular a unos 15 centímetros del suelo. Este se volvió blanco y calentó la superficie.
Cuando los jóvenes salieron del árbol para ver mejor, la luz desapareció, luego un ruido similar a los motores de avión se esparció por todo el lugar. Todas las luces se apagaron y hubo como 7 u 8 explosiones para finalmente despegar.
Cuando inspeccionaron la zona encontraron unas rayas negras de forma rectangular, Banyard hizo un boceto del OVNI. Cuando se corrió la voz de lo sucedido, varias personas acudían al cementerio con la esperanza de verlo.
2 días más tarde, una pareja de mediana edad que vivía en las cercanías también fueron testigos de un objeto idéntico al que vieron los chicos. 10 días después, un conserje escolar de 29 años llamado Jack Strangman también declaró ver un objeto blanquecino y de forma ovalada sobre el cementerio.
Así, muchas otros testigos comenzaron a denunciar la presencia de estos objetos, lo que trajo gran atención mediática a la ola de OVNIs.
Misteriosa placa de cobre
El 4 de noviembre del 67, un inmigrante italiano conocido como «L. R.», se dirigía a su casa después de cenar con sus amigos. Eran las 11:30 pm cuando se sentó a fumar en su habitación.
Desde la ventana vio como una luz roja brillante atravesó el cielo sobre el río Saskatchewan, cerca del campo de golf miniatura municipal de Riverside.
El objeto se acercó al suelo y se detuvo, aunque pensó que era un avión, rápidamente se dio cuenta que no lo era. La curiosidad lo llevó a mirarlo con más atención, notando como este era redondo y tenía una luz roja brillante y pulsante, casi cegadora.
La luz se apagó repentinamente y una serie de anillos azules comenzaron a emanar hasta el suelo, hasta que la luz roja volvió a brillar. Otra luz más tenue apareció en la parte inferior y descendió hasta tocar el suelo. Parecía ser otra nave más pequeña.
Ésta sobrevoló el campo de golf, emitiendo un zumbido, hasta que aterrizó nuevamente, solo para «unirse» a la nave más grande y desaparecer.
Llevado por la curiosidad, L. R. decidió echar un vistazo al día siguiente. En el lugar donde había sucedido el espectáculo de luces había un gran parche de hierba aplastada de casi 5 metros de ancho junto a unos extraños agujeros.
Inspeccionando detenidamente notó que algo brillaba en la hierba cercana. Cuando se acercó, notó que era placa metálica circular. Esta parecía ser de cobre y medía 17,3 cm de ancho por 12,5 cm de alto.
En ella había unos grabados similares a jeroglíficos que no podía descifrar. El hombre recogió la placa de cobre y descubrió que apenas medía 1mm de grosor. L. R. estaba convencido que aquello había sido dejado por los extraterrestres que piloteaban los OVNIs.
¿Encubrimiento de las autoridades?
Pensando que nadie le creería, decidió guardar la placa durante años. Cuando regresó a Italia 6 años después, llevó el artefacto con él.
No sabe cómo, pero se corrió la voz de que él tenía aquel extraño objeto, por lo que una revista enfocada en los misterios sin resolver, llamada Il Giornale dei Misteri lo contactó.
La investigadora de OVNIs, Daniela Giordano fue la encargada de entrevistarlo. L. R. le comentó que no le interesaba analizar la placa. Era como un amuleto de la suerte para él. Tampoco era una persona muy interesada en los OVNIs o cosas relacionadas.
Así, Giordano decidió solicitarle a un amigo que vivía cerca del hombre a que tomara una foto y se la enviara.
La imagen de la placa es la única evidencia sobre el extraño suceso. La investigadora estuvo en contacto con L. R. años más tarde y éste le contó que la había perdido un día que iba al trabajo. La policía lo detuvo de un momento a otro y confiscó su auto después de obligarlo a detenerse con disparos.
Una semana después le devolvieron el auto y todas sus pertenencias, menos la placa. Cuando preguntó sobre ella, le dijeron que «no había ningún objeto con esas características en el auto».
Esta misteriosa ola de OVNIs y el incidente de la «placa de cobre alienígena» son unos de los sucesos más extraños en la historia de Canadá. Nadie sabe que sucedió con el objeto y todo parece indicar que la historia quedará así.
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