Esta es la odisea de Sergei Krikalev, el cosmonauta que tras soportar más de 10 meses orbitando la Tierra.. aterrizó en un país que ya no existía. Todo este tiempo abandonado en el espacio le hizo pasar a la historia como “el último ciudadano soviético”
El 4 de octubre de 1991 un cosmonauta llamado Sergei Krikalev fue olvidado en el espacio. Mientras que Krikalev estaba llegando al final de su última misión en la estación espacial Mir, después de más de cinco meses en el espacio, en la Tierra su país natal desaparecía.
Sergei Krikalev nació en la extinta Unión Soviética en Leningrado (ahora San Petersburgo) el 27 de agosto de 1958.
Se graduó como ingeniero mecánico del Instituto Mecánico de Leningrado en 1981 y unos años después fue seleccionado como cosmonauta en el lejano 1985.
Con 30 años, Krikalev comenz su primera misión en noviembre de 1988 a bordo de una nave Soyuz TM-7 que lo llevó a la estación espacial Mir por 152 días.
Pero la segunda vez que su cuerpo gravitaría en aquel lugar sería digna de una novela de ciencia ficción.
“El último ciudadano soviético”
Sergei Krikalev fue obligado a permanecer en el espacio durante 313 días gracias a una serie de procesos burocráticos, escasez de fondos, pero sobre todo porque su natal URSS estaba desapareciendo del mapa.
Su gobierno simplemente parecía tener cosas más importantes que resolver, que traer de vuelta a un ser humano que se volvió, quizá, en el primer rehén espacial atrapado en 400 metros cúbicos a más de 300 kilómetros de la superficie.
“Nadie le ordenó permanecer en el espacio, pero la verdad es que tampoco nadie puede decir que aceptase con gusto”, reconoció el subdirector de Misiones Espaciales, Yuri Teplakov.
Sin embargo, Krikalev no estaba solo. A su lado se encontró con su compatriota Aleksandr Volkov y el astronauta alemán Klaus-Dietrich Flade, que llegaron posteriormente a la estación espacial Mir.
«Entrenaban para no ser consumidos por la ingravidez e incluso intentaron recaudar fondos desde el espacio grabando comerciales de Coca-Cola, pero nada fue suficiente».
Mientras Krikalev permanecía atrapado, su familia también padecía su ausencia. El sueldo de Krikaliov se redujo hasta menos de 3 dólares mensuales, al tipo de cambio de aquellos entonces.
313 días después Krikalev pudo regresar a salvo, pero ya nada era lo mismo. La nave Soyuz TM-13 aterrizó en otra realidad: en la estepa de Kazajstán a las 11:51 horas de Moscú el 25 de marzo de 1992.
Posteriormente el cosmonauta, ahora Ruso, volvió a hacer historia al convertirse en el primer astronauta ruso en volar a bordo de un transbordador espacial estadounidense.
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