En la década de los 80, ocurrió un extraño suceso en la provincia argentina de la Pampa; Julio Platner fue abducido por extraterrestres.
Mientras vendía implementos agrícolas en la localidad rural de Winifreda, un poblado que ni alcanzaba los 3.000 habitantes para la época, Julio Platner vivió un extraño suceso.
Jamás se imaginó que en la tarde del 9 de agosto de 1983, su cara ocuparía la primera plana de todos los medios de comunicación del mundo. El hombre, denunció que había sido víctima de un secuestro extraterrestre.
El extraño caso de Julio Platner
Sucedió en un establecimiento rural a 12 kilómetros al norte de la localidad de Winifreda. Ahí, Julio Platner revisaba semillas para la empresa en la que trabajaba.
Alrededor de las 7:15 PM, el hombre decidió irse del local cuando advirtió que los animales y aves de corral empezaron a ponerse «muy nerviosos». Antonio Fisher, dueño del establecimiento, le pidió que cerrara bien la tranquera.
«Cuando me bajé a abrir la tranquera es como si alguien me hubiese puesto un reflector en la cara, como de una soldadora autógena o eléctrica que despide muchos rayos y a una cierta distancia hay que cubrirse la vista, yo simplemente vi eso, después de allí no recuerdo más nada».
Cuando despertó, estaba dentro de una habitación que le recordó un quirófano. Las paredes parecían tapizadas de un color beige claro. También se dio cuenta que había una vitrina con un color parecido a las paredes, donde habían unos brillos. Pero estaba iluminada por una luz blanca clara, pero que no molestaba a la vista y no se distinguía la fuente de donde venía. Además tampoco producía sombras.
A su alrededor había 4 seres; 3 hombres y una mujer. Su altura rondaba el 1.60 metros, de conformación antropomorfa, de cuerpos atléticos.
No pudo apreciar si vestían un traje completo ajustado al cuerpo y si era la piel de los seres. Distinguió los labios, pero tampoco pudo distinguir si eran parte del rostro o del traje.
El detalle que más le llamó la atención fueron sus ojos, los cuales transmitían tranquilidad. Eran saltones, opacos y grandes, sin párpados. También tenían orejas pegadas al cráneo, las manos tenían 5 dedos y el ser femenino era mucho más delgado que el resto. Ninguno tenía cabello.
El extraño análisis
Julio quiso hablar, pero no podía, sin embargo, automáticamente las criaturas le respondieron telepáticamente. Los recibió como un pensamiento en forma de palabras que le indicaba que se quedara tranquilo, qué como él, había miles, que si quería contarlo podía, pero que no todos le iban a creer.
La «mujer» se acercó a él, parecía que se deslizaba por el piso. Colocó su mano derecha sobre la izquierda, mientras el ser de la derecha colocó su mano en el hombro.
De repente, vio que el ser de la izquierda tenía una especie de tubo en la mano, transparente, de unos 20 centímetros. Este se lo colocó en la muñeca y no sentía dolor, a pesar de que había contacto, Julio Platner aseguró que no sintió nada.
Inmediatamente tocaron su codo con el otro extremo del tuvo, ahí pudo ver que le estaban extrayendo sangre. Intentó tocar al ser de la derecha, pero algo se lo impidió, al igual que cuando intentó incorporarse. Aseguró que era como si chocase contra algo.
Después de la extracción, se incorporó sin problemas y se dio cuenta que no había nadie. Estaba solo en una habitación acolchada que daba la sensación de flotar. Cuando intentó caminar, advirtió que estaba dentro de su camioneta, con las manos sobre el volante.
El misterio sin resolverse
Rápidamente se dio cuenta que estaba a casi 20 kilómetros de su última ubicación. Puso en marcha la camioneta y regresó con mucha tranquilidad. Se detuvo en el acceso al establecimiento de Fisher, comprobando que la tranquera estaba abierta. La cerró y se dio cuenta que tenía unas cicatrices.
A las 8:25 PM llegó a su trabajo, pero no contó nada. Sin embargo, al llegar a casa decidió narrar a su esposa lo sucedido. Esa noche no pudo dormir, pues recordaba todo lo vivido y su brazo había empezado a arder.
Al otro día, Julio Platner volvió al lugar del suceso y notó que las huellas de su camioneta se interrumpían a 1.5 metros de la tranquera. No había huellas de salida, como tampoco viraje a la ruta 11.
Platner fue revisado al día siguiente, descubriendo que la extracción sanguínea no tenía punto de absorción.
Al tiempo descubrió que tenía una especie de implante médico que descubrió cuando le hicieron una radiografía en la columna. El implante era sumamente pequeño y fue alojado sin cicatriz de ingreso en la mitad de su columna.
En un principio se negó a que se lo extrajeran porque dijo que no le causaba ninguna incomodidad, además, le daba miedo.
10 años más tarde, el implante fue retirado por los mismos seres que se lo colocaron. Julio Platner declaró que tuvo más contactos con estos seres, los eran anunciados por una extraño «zumbido» producido por el implante.
A los 67 años, el 20 de septiembre de 2017, Julio Platner falleció, quedando como un ícono de la ufología en el mundo al vivir uno de los casos más extraños de abducciones.
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