Desde hace unos días, un inquietante rumor circula por las redes sociales: Rusia podría estar a punto de desconectarse por completo de Internet, reemplazando la red de redes por RuNet, su propia intranet gigantesca.
La información recogida por diversos medios tiene su origen en información publicada en “Nexta”, un medio de comunicación bielorruso. Según este mismo medio, la desconexión se produciría poco después del 11 de marzo.
Aunque el gobierno ruso ha negado oficialmente este punto, Nexta también ha compartido documentos en Twitter especificando que todas las agencias, organismos gubernamentales y empresas públicas deben haber transferido su presencia en línea al dominio ruso antes de ese día.
Y aunque esto no demuestra un inminente apagón global de Internet, son muchos los que piensan que este podría ser el caso, incluido Anonymous.
El miedo es más que real. Tras amenazar nuclearmente al mundo, Rusia podría provocar un apagón de Internet a nivel mundial.
Para empezar le bastaría cortar los cables submarinos transatlánticos que permiten asegurar la casi totalidad de las comunicaciones intercontinentales.
De hecho, el 99% de la red mundial pasa por estos cables. Según informa la cadena de televisión francesa BFM TV, al cortarlos, se desconectarían ordenadores, teléfonos inteligentes y servidores por donde pasan los datos financieros y económicos.
En otras palabras, ya no existiría Internet.
Con la escalada del conflicto en Ucrania, el escenario de un apagón se toma aún más en serio, ya que los barcos militares rusos se han interesado en estas autopistas de telecomunicaciones.
Desde hace varios años, los funcionarios de defensa europeos han estado estudiando la amenaza de cortar cables submarinos.
El pasado 15 de febrero, la ministra de las Fuerzas Armadas de Francia, Florence Parly, declaró que “debemos dominar para estar preparados para actuar, defendernos y, si es necesario, tomar la iniciativa, o al menos contraatacar”.
Emmanuel Macron también había confirmado, en noviembre de 2021, que la protección marina es una prioridad. Declaró que se invertirían dos mil millones de euros a esta misión durante cinco años.
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