Una antigua tradición de los Cherokee, habla de gente de tez pálida, problemas de visión y una apariencia totalmente diferente a los nativos americanos. Este era el pueblo Ojos de Luna; los constructores de los primeros edificios de América.
Los Cherokee son una de las tribus más antiguas de las nativas americanas que componen las Cinco Tribus Civilizadas. Actualmente, los expertos continúan discutiendo los orígenes de la tribu y, especialmente, la de sus leyendas. Entre estas, se encuentra el pueblo de los Ojos de Luna.
La Tribu Cherokee y el pueblo Ojos de Luna
Los Ojos de Luna eran unos misteriosos habitantes de América del Norte que, se creía, vivían en los Apalaches hasta que fueron desterrados por los Cherokee.
Benjamin Smith Barton, el botánico, naturalista y médico estadounidense, autor de New Views of the Origin of the Tries and Nations of America, explicó que se les llamaba así por que veían muy mal durante el día, además eran muy diferentes a los nativos.
Las historias posteriores del pueblo Ojos de Luna, sugieren que eran de tez pálida, además de ser los constructores de las estructuras precolombinas de la zona. Terminaron huyendo hacia el oeste luego de que los Cherokee los expulsaran.
Otro libro publicado en 1902 por el etnólogo James Mooney, menciona a una tribu antigua y muy misteriosa que precedió a los Cherokee en el sur de los Apalaches.
Los registros históricos mencionan habitantes de piel blanca de Appalachia que erigieron varias estructuras antiguas en la zona, incluyendo Cahokia, una de las ciudades antiguas más grandes.
En la actualidad, los investigadores saben muy poco sobre Cahokia; algo que arroja más misterio sobre la historia de los Ojos de Luna.
¿Gigantes en América?
Algunas personas creen que este pueblo fue el mismo que vio Lionel Wafer entre los kuna de Panamá. A ellos también los llamaban Ojos de Luna por su capacidad de ver mejor durante la noche que en el día.
Según algunos estudiosos, este cuento Cherokee está influenciado por las tradiciones europeo-estadounidenses sobre «indios galeses». Esto se debe a los viajes precolombinos que realizaron galeses, según estas tradiciones.
La leyenda de los Ojos de Luna también existió en los Cherokee de Ohio. Ahí, algunos ancianos e historiadores nativos propusieron que esta gente podría relacionarse con los constructores de los montículos de la cultura Adena, que datan del año 500 a. C.
El misterio sobre quien construyó los montículos de la antigüedad en América tampoco arroja claridad a la leyenda. De hecho, arroja más misterio. Durante una de las excavaciones a los montículos de la cultura Adena, se encontraron los restos de una persona «muy grande», que superaba los 2.05 metros de altura.
Esta altura no concuerda con la estatura promedio de los nativos americanos e, incluso, podría relacionarse con la leyenda de los gigantes prehistóricos pelirrojos que dejó huella en el sureste de América del Norte.
¿Quiénes eran estos seres y por qué están tan estrechamente relacionados con la construcción de los primeros edificios norteamericanos? ¿Podría ser posible que se traten de gigantes reales o, quizás, algo más?
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