A casi 2 metros de profundidad, se desenterraron 200 esqueletos gigantes, casi todos intactos y en excelentes condiciones en Canadá.
Los hallazgos de esqueletos gigantes suelen aparecer en diferentes artículos y noticias a nivel mundial. Sin embargo, el hallazgo de los restos de los antiguos «Constructores de montículos» se mantuvo siempre en secreto.
200 «esqueletos gigantes»
Hace casi un siglo, un artículo en el diario canadiense, El Telégrafo, afirmando que en el municipio de Caguya, en Grand River, un residente llamado Daniel Fradenburg encontró en su granja, a una profundidad de 2 metros aproximadamente, 200 esqueletos, casi todos en excelentes condiciones.
Los descubridores encontraron una especie de callares con cuentas en el cuello de todos los esqueletos. Tubos de piedra en las mandíbulas de varios y muchas hachas de piedra esparcidas por la Tierra.
Las dimensiones de los esqueletos eran exageradamente grandes. Algunos llegando a medir, incluso, los 3 metros de altura. Mientras que los más pequeños medían alrededor 2.50 metros.
Algunos de los huesos de los muslos eran hasta 15 centímetros más largos que cualquier esqueleto humano. La granja había sido trabajada desde casi un siglo, según sus propietarios. En un principio era cubierta por una espesa vegetación de pino.
Algunos esqueletos mostraban signos de haber sido heridos, quizás por una guerra que se llevó a cabo en ese mismo terreno en la antigüedad. La pregunta que todos se hacen es si aquellos esqueletos gigantes pertenecían a los indios… o eran una raza totalmente desconocida. Además ¿Quién pudo llenar el pozo con sus restos?
Declaraciones de la época
La sociedad de pioneros de Michigan, en 1915, escribió lo siguiente:
«El miércoles pasado, el Rev. Nathaniel Wardell, Messers. Orin Wardell (de Toronto), y Daniel Fradenburg, estaban excavando en la finca de este último caballero, que está a orillas del Gran Río, en el municipio de Cayuga.
Cuando llegaron a cinco o seis pies debajo de la superficie, se encontraron con una vista extraña. Apilados en capas, uno encima del otro, unos doscientos esqueletos de seres humanos casi perfectos, alrededor del cuello de cada uno con un collar de cuentas.
También se depositaron en este foso una serie de hachas y raseras de piedra. En las fauces de varios de los esqueletos había grandes tubos de piedra, uno de los cuales el Sr. O. Wardell se llevó a Toronto uno o dos días después de que se desenterró este Gólgota.
Estos esqueletos son los de hombres de estatura gigantesca, algunos de ellos miden nueve pies, muy pocos de ellos tienen menos de siete pies. Se encontró que algunos de los huesos del muslo eran por lo menos un pie más largo que los que se conocen en la actualidad, y uno de los cráneos examinados cubría completamente la cabeza de una persona común.
Estos esqueletos se supone que pertenecen a los de una raza de gente anterior a los indios.»
Algunos creen que la zona era, formalmente, un lugar de entierro indio. Pero la enorme estatura de los esqueletos y el hecho de que estuvo cubierta de pinos durante siglos, descarta dicha teoría.
Este hallazgo, ocultado a las masas durante siglos, se suma a una serie de descubrimiento de esqueletos gigantes que nos indican que, en la antigüedad, estos habitaron en la Tierra junto a los humanos.
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