Por primera vez en décadas, el mundo occidental se está preparando para una crisis energética generalizada y progresiva.. Y ya se barajan los apagones.
Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea se han visto afectados por la invasión rusa de Ucrania, los altos costos de la electricidad y el combustible, y las olas de calor sin precedentes.
Si bien el invierno está a la vuelta de la esquina, es probable que lo peor de la crisis energética aún esté por llegar.
Incluso las naciones ricas no se salvarán, al menos sin un amplio cambio de política y reformas del sector privado; los costos económicos que lo acompañan y los riesgos extremos para la salud, los pone en una situación muy difícil.
En Europa, los residentes que no están acostumbrados a las olas de frío enfrentarán facturas de energía que se disparan, incluso veranos peligrosamente calurosos; una situación que empeora por su dependencia del gas ruso, cuyo flujo se ha cortado por completo.
Los cortes continuados en el suministro de gas siembran el miedo sobre una falta de energía y países como Gran Bretaña ya plantean medidas drásticas.
Una realidad que está haciendo a los países comenzar a contemplar medidas como los apagones eléctricos o racionar la energía.
En el caso de España, el presidente del gobierno Pedro Sánchez ha asegurado que esto no llegará a producirse, sin embargo, países como Reino Unido o Alemania no descartan la posibilidad de los apagones.
Si se llegara a producir un apagón, las consecuencias pueden ser bastante más drásticas de lo que quizás podría uno imaginar.
Dejando a un lado las consecuencias económicas, los ciudadanos no podrían realizar tareas como acudir a los supermercados a comprar alimentos o bebidas.
En el caso de que los apagones se alargasen durante una cantidad de tiempo considerable, el comercio podría permanecer cerrado debido a dificultades con el transporte logístico.
Además, sistemas como los hospitales y la sanidad en general y abastecimiento de agua se vería frenado por la falta de luz.
España, al igual que otros países como Alemania, dispone todavía de plantas de quemado de carbón para poder obtener durante unas crisis de energía la electricidad suficiente para que el país pudiera funcionar durante unos días.
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