Los «Hambrientos de Saqqara» ¿Algo grotesco o maravilloso? ¿Innecesario o sin valor? ¿Una pieza vieja o falsa? Durante más de una década se ha intentado establecer los orígenes de esta misteriosa escultura.
La arqueología es una de las misiones difíciles en el mundo. Con solo un pequeño hueso, un papiro perdido o una herramienta enterrada a pocos metros bajo tierra, los investigadores tienen que leer el pasado de la civilización humana.
Combinan todos los elementos encontrados, como un rompecabezas, y la historia comienza a tener sentido.
Sin embargo, a veces descubren piezas que no encajan en ninguna parte de la descripción convencional. En esos momentos, su trabajo se vuelve aún más difícil, porque tienen que «desbloquear» el lugar y el papel de esos elementos.
Con 67cm de altura, estas figuras de piedra caliza son muy inquietantes, tienen cráneos alargados, bocas flácidas y sus extremidades son bastante delgadas. Acuclillados desnudos uno frente al otro, uno apoya la mano sobre el brazo del otro.
Las inscripciones, escrito en un lenguaje aún no descifrado, han sido talladas en la base.
Pero poco se sabe de sus orígenes, salvo que fue llevado a Canadá para ser incluido en una exposición de objetos egipcios en la Galería Ars Classica de Montreal por la familia Diniacopoulos, coleccionistas de antigüedades en una época en la que el comercio de tesoros antiguos era casual y mal controlado.
Sin embargo, como los artefactos en esta consignación estaban legalmente autorizados para la exportación, los expertos de la universidad de Concordia, que adquirió la escultura en 1999, creen que la estatua es una auténtica antigüedad y que puede proceder de una de las tumbas de Saqqara.
El Saqqara era el cementerio principal de Memphis, la antigua capital política de Egipto, en el fértil valle del Nilo.
Es un enorme cementerio y muchas de las tumbas aún deben ser investigadas por los arqueólogos – aunque muchos han sufrido la atención de los ladrones de tumbas tanto en tiempos antiguos como más recientes.
Según Clarence Epstein, Director de Proyectos Especiales y Asuntos Culturales de la Universidad de Concordia, la escultura podría haber venido de una antigua tumba egipcia y representaría «imágenes de los conquistados», personas esclavizadas por un antiguo gobernante.
Su teoría es que proviene de un sitio de entierro o una tumba muy temprana que data de antes de que los primeros faraones ascendieran al poder en Egipto.
Epstein dice que debe tener 4.000 años o más y eso lo convierte en un hallazgo muy, muy raro. Otro arqueólogo sugirió que la estatua era de una tumba pre-dinástica y que podría ser totalmente falsa.
Sin embargo, el profesor George Harrison, del departamento de Clásicas de Concordia, duda que ese sea el caso.
«Sólo falsificas cosas que son importantes. Falsificas una moneda de Alejandro Magno porque es famoso, y alguien quiere comprar la mística. No se puede falsificar algo así», dijo.
Algunos dicen que si su origen realmente proviene del las tumbas de Saqqara, estas estatuas podrían apoyar las afirmaciones de que existieron seres con cabezas elongadas en el antiguo Egipto, e incluso muchos de ellos ocuparon altos cargos en la corte faraónica.
Pero se preguntan porque fueron representados con un aspecto demacrado como si estuvieran sufriendo. Por ahora, la estatua «Los Hambrientos de Saqqara» sigue siendo un misterio sin resolver.
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