Mientras cazas chinos derriban un ovni sobre su territorio, el Pentágono advierte de que no descarta ninguna teoría sobre el origen de los nuevos objetos aparecidos después del ‘globo espía’ de Pekín
La invasión OVNI continúa. Después de que ayer China lanzase cazas para interceptar un objeto volante no identificado sobre su territorio y un F-16 derribase otro ovni de forma octogonal sobre el lago Hurón, el general de la Fuerza Aérea de los EEUU, Glen VanHerck, no descarta que los tres ovnis interceptados después del derribo del globo espía chino sean de origen extraterrestre.
VanHerck —comandante en jefe de dos de las principales unidades de la defensa norteamericana, el United States Northern Command y el North American Aerospace Defense Command, popularmente conocido como NORAD— declaró que todas las opciones están sobre la mesa en estos momentos cuando se le preguntó directamente si estos ovnis pueden tener origen extraterrestre.
«Dejaré que la comunidad de inteligencia y la comunidad de contrainteligencia descubran qué es. Yo no he descartado nada«, afirmó VanHerck. «En este punto, continuamos evaluando cada amenaza o amenaza potencial, desconocida, que se acerca a América del Norte».
Por ahora no hay ninguna noticia de cuáles son los orígenes y naturaleza de los tres objetos derribados sobre Norteamérica.
El objeto octogonal fue destruido ayer por un F-16 a 6.000 metros de altura sobre los Grandes Lagos. Antes, dos objetos más fueron abatidos sobre Alaska y Canadá, uno de ellos de forma cilíndrica y sin aparente método de propulsión.
«Interfirió con nuestros sensores»
El New York Times cita fuentes del Departamento de Defensa que afirman que “el objeto visto aproximándose al lago Hurón era una amenaza para la aviación civil”.
Según estas fuentes, “la estructura octogonal tenía cuerdas colgando, pero no tenía ninguna carga identificable”. Otros oficiales de la seguridad nacional de EEUU, dice el diario, descartan que estos objetos tengan origen alienígena.
La CNN apunta que los pilotos que derribaron el ovni sobre Alaska “dieron diferentes relatos de lo que observaron después de acercarse al objeto; algunos pilotos dijeron que ‘interfirió con sus sensores’, pero otros pilotos dijeron que no lo experimentaron”.
El senador Dan Sullivan —que representa a Alaska y es miembro del comité de las Fuerzas Armadas— afirmó que «hubo cosas que se veían en el radar, pero no se explicaban».
Lógicamente, esto no indica que el objeto fuera ni mucho menos de origen alienígena: todo esto se puede explicar con el uso de armas de guerra electrónica.
En definitiva, parece que, por lo menos de puertas afuera, Washington todavía no tiene una idea clara de a qué se están enfrentando. Lo que sí está claro es que el número de avistamientos y derribos se ha disparado.
El motivo principal es que NORAD ha ajustado su sistema de radar, haciéndolo más sensible después de la identificación del globo espía chino sobre Montana. Esto parece haber disparado el número de detecciones y avistamientos.
Paranoia y realidad
Desde que el año pasado el Pentágono abriera una oficina para la investigación de los ovnis a raíz de un largo informe de 2021 sobre avistamientos de estos objetos por parte de aviones y navíos militares, el Gobierno norteamericano ha recibido más de 350 denuncias sobre posibles fenómenos aéreos no identificados.
El informe publicado en enero de este año, 163 de estos avistamientos eran globos o fenómenos parecidos. Algunos fueron identificados como drones, pero hay 171 detecciones que todavía no tienen explicación.
Como declaró ayer el senador Marco Rubio —uno de los políticos norteamericanos que está abogando por incrementar la agresividad de las medidas para la detección, intercepción y análisis de los ovnis—, esto ha pasado durante años.
En un tuit, Rubio dijo que «las últimas 72 horas revelaron al público lo que estaba sucediendo durante años, aeronaves no identificadas operando rutinariamente sobre el espacio aéreo restringido de EEUU».
Por su parte, Christopher Mellon —que fue subsecretario adjunto de Defensa de Inteligencia con Bill Clinton y George W. Bush— denunció que «la USAF realmente tiene que dar explicaciones sobre los fenómenos aéreos no identificados.
Las personas que se sorprenden por la presencia de estos objetos no han estado prestando atención. [Es] una de las razones por las que he estado pidiendo cambios en nuestros sensores y procedimientos de presentación de informes durante años».
En paralelo, en el momento de escribir estas líneas, Pekín ha pasado a la ofensiva de relaciones públicas, acusando a los norteamericanos de haber entrado en su espacio aéreo 10 veces usando globos espías.
En las últimas horas, los chinos afirman haber derribado otro ovni sobre su territorio aunque —como EEUU— no ha revelado cuál es el origen y naturaleza del mismo. El periódico estatal Global Times afirma que este objeto fue detectado en Qingdao, al este de la provincia de Shandong.
Las autoridades no han denunciado que este objeto sea norteamericano ni de ningún otro país o planeta: como hemos dicho en estas páginas otras veces, los chinos están invirtiendo grandes cantidades de dinero en su propio programa de detección de inteligencia extraterrestre.
Por ahora, sin embargo, todo parece indicar que estas intercepciones son más terrestres y políticas que ninguna otra cosa.
Lo que no quita que, como apuntan varios científicos como el astrofísico de Harvard Avi Loeb, la NASA o el propio congreso norteamericano, se deba investigar los objetos que exhiben algunas características de vuelo inexplicables. Por ahora..
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