Existen posibilidades de que, para finales de 2025, los astronautas que lleguen a la luna no sean los únicos seres vivos presentes en ese momento y ese lugar..
Si la planificación de la NASA se mantiene al margen desde el punto de vista político, técnico y financiero, Estados Unidos dejará nuevas huellas en la Luna a finales de 2025.
Ese alunizaje, en una misión llamada Artemis 3, será el primero humano desde que los caminantes del Apolo 17 levantaron el polvo gris en diciembre de 1972.
Artemis 3 está destinada a ser la primera de una serie de misiones a la Zona de Exploración Polar de Artemis —la región hacia el polo de 84 grados de latitud sur—.
Seleccionar una región de alunizaje segura y científicamente digna es una tarea desafiante. Pero no hay duda de que se avecinan grandes descubrimientos, y una posible sorpresa podría ser detectar vida en la Luna.
Microbios selenitas
Una nueva investigación sugiere que los futuros visitantes de la región del polo sur lunar deberían estar atentos a la evidencia de vida en cráteres súper fríos permanentemente sombreados —organismos que podrían haber hecho el viaje desde la Tierra—.
«La vida microbiana podría sobrevivir potencialmente en las duras condiciones cerca del polo sur lunar», sugirió Prabal Saxena, investigador planetario en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
«Una de las cosas más sorprendentes que nuestro equipo ha encontrado es que, dada la investigación reciente sobre los rangos en los que puede sobrevivir cierta vida microbiana, puede haber nichos potencialmente habitables para esa vida en áreas relativamente protegidas en algunos cuerpos sin aire», explicó.
De hecho, el polo sur lunar puede poseer las propiedades que permitirían la supervivencia y hasta incluso el crecimiento episódico de cierta vida microbiana.
«Actualmente estamos trabajando para comprender qué organismos específicos serían los más adecuados para sobrevivir en tales regiones, incluidos los lugares de interés relevantes para la exploración», dijo.
Transferencia extraterrestre
Existe la posibilidad de que pequeños pedazos de nuestro planeta hayan sido arrojados a la Luna como «meteoritos de la Tierra» —rocas lanzadas al espacio por poderosos impactos cósmicos—.
No obstante, de acuerdo a Heather Graham, geoquímica orgánica de NASA Goddard, eso no significa que los microbios terrestres también sobrevivieran a ese viaje al espacio profundo.
«Si bien la transferencia extraterrestre de moléculas orgánicas de fuentes de meteoritos es muy probable y, de hecho, se observa en nuestro propio análisis de meteoritos terrestres, la transferencia de microbios de fuentes similares no tiene el mismo peso de evidencia», señaló la científica.
«Puede ser una idea interesante, pero sin datos viables por ahora».
Para finalizar, Graham destacó que el equipo de estudio es muy consciente de las muchas formas en que los humanos son el mayor vector de microbios a la Luna.
«Pronto tendremos 50 años de historia de humanos y sus objetos en la superficie sin requisitos estrictos con respecto a la contaminación directa», agregó.
«Vemos a los humanos como el vector más probable dada la gran cantidad de datos que tenemos sobre nuestra historia de exploración y el registro de impacto como una segunda fuente terrestre temprana, aunque menos influyente».
En resumen, si alguna vez encontramos vida en la Luna, tiene una alta probabilidad de ser de la Tierra, pero eso no debería disuadirnos en nuestra búsqueda continua. Después de todo, descubrir que los microbios son capaces de sobrevivir en la Luna tendría grandes implicaciones.
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