David Grusch, que fue alto cargo de inteligencia en el ejército del Aire, dice también que se han encontrado «biologías no humanas» en ovnis estrellados
EE.UU. tiene desde hace décadas un programa secreto con el que captura, recupera y estudia los llamados ‘fenómenos aéreos no identificados’ (UAP, en sus siglas en inglés), según aseguró este miércoles en una comparecencia pública en el Congreso un ex alto cargo de la inteligencia del ejército del Aire.
UAP es la denominación preferida ahora por el Gobierno de EE.UU. para los ovnis, ‘objetos voladores no identificados’. La apelación es más general e incluye posibles fenómenos atmosféricos o físicos que podrían no ser un objeto volante.
Ese alto cargo es el mayor David Grusch, a quien la dirección del grupo de trabajo del Pentágono sobre UAP le encargó que identificara todos los programas secretos relacionados con estos fenómenos.
«En el desempeño de mis funciones, fui informado de la existencia de un un programa extendido durante décadas de captura e ingeniería inversa, al que fui denegado el acceso», aseguró Grusch, que tras encontrar esos obstáculos decidió convertirse en 2022 en informante interno ante las autoridades para revelar esos programas secretos.
No fue la única declaración explosiva de Grusch durante su comparencia en el Congreso, organizada por el comité de supervisión de la Cámara de Representantes, liderado por los republicanos.
«Sin duda», dijo cuando le preguntaron si el Gobierno de EE.UU. está en posesión de objetos extraterrestres accidentados en la Tierra.
«¿Estamos en posesión de los pilotos que manejaban estos objetos?», preguntó uno de los diputados, a lo que Grusch contestó que se habían encontrado «biologías no humanas».
Algunas de estas alegaciones eran conocidas, ya que Grusch ha concedido diferentes entrevistas en los dos últimos meses en las que defendió estas informaciones sorprendentes.
La diferencia es que, en esta ocasión, delante de los congresistas y en una comparencia pública, hablaba bajo juramento.
Los diputados de ambos partidos insistieron con muchas preguntas a Grusch con detalles sobre estas informaciones y en ocasiones el informante se escudó en que mucha de esa información es clasificada y que solo podría responder en sesiones cerradas al pública y con diputados con acceso suficiente a información de inteligencia.
Pero, al mismo tiempo, y quizá por hablar bajo juramento, no dio detalles asombrosos que sí había ofrecido en sus entrevistas. En la cadena NewsNation, aseguró que una de las naves en posesión del Gobierno era «muy grande, del tamaño de un campo de fútbol».
En declaraciones al periódico francés ‘Le Parisien’, también dijo que EE.UU. tenía una «nave con forma de campaña» que había sido recuperada en 1933 en la Italia de Benito Mussolini.
La comparecencia contó con la presencia de otros dos testigos. David Fravor, un piloto y jefe de escuadrón de la Armada, que recontó el encuentro que tuvo en 2004 con un objeto no identificado en la costa de California.
El objeto se movía como una bola de ping pong y ejecutó trayectorias y velocidades imposibles para la tecnología humana, defendió.
«Lo que presenciamos era algo que va más allá de la ciencia material que conocemos y de las capacidades que teníamos entonces, ahora o que consigamos en los próximos diez o veinte años»; aseguró.
Otro piloto de la Armada, Ryan Graves, también describió encuentros con UAP y dijo que escuchó testimonios con experiencias similares de otros compañeros.
La propia convocatoria de esta comparecencia en el Congreso de EE.UU. da la medida de la creciente importancia que tiene la discusión sobre los UAP en la primera potencia mundial.
En un ejemplo raro de bipartidismo, los diputados de ambos partidos compartieron la misma exigencia al Gobierno: «Más transparencia».
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